Cuba, los “moderados” y la libertad de expresión.
Por: Raúl
Antonio Capote.
Era
hora de cambiar y aparecieron de nuevo los “moderados”, los que nos piden que no
seamos tan radicales. Ser moderados ahora significa estar en la cerca, bailar
entre un lado y otro en medio de la línea divisoria
Los
nuevos “paladines” de la libertad de expresión acusan a Cuba de violarla, según los voceros del
Imperio, sus lacayos y los oportunistas de nuevo cuño, la Revolución encarcela a
los que disienten. La mala fe, el
odio solapado o abierto, la ambición personal de algunos se prestan a esas
campañas
Eso lo sé
perfectamente bien, es uno de los planes priorizados de la CIA, “trabajé” en ellos (claro en realidad
tratando de impedirlos).
He
tenido la oportunidad en estos dos últimos años de recorrer las más importantes
cárceles del país, no solo no he encontrado en ellas ningún preso de conciencia.
Y no necesitaba ir para comprobarlo porque sé como lo saben los habitantes de
esta Isla, que en ella no se encarcela a nadie por tal razón.
Estuve
hace muy poco en una prisión de mujeres en Mayabeque, a pesar de conocer las cárceles de
mi país, la sorpresa que recibimos al llegar fue tremenda, aquel lugar parecía
un centro de recreación y turismo, no les exagero, estaba rodeado por una cerca
de menos de dos metros, la entrada era custodiada por un anciano que nos abrió
la portezuela libre de candados y cierres y nos dio paso a un lugar cubierto de
jardines. Conversamos largamente con las reclusas y supimos que se les imparten
diversos cursos para que aprendan oficios, que tienen aulas de enseñanza general
para graduarse de bachilleres, que todas las semanas les visitan artistas,
escritores, personalidades de la comunidad aledaña y de la Capital, que tienen
un taller literario y un largo etcétera.
Otra cosa,
mientras conversábamos una sola guardia, absolutamente desarmada, compartía el
escenario con nosotros, no vi un arma en todo aquel lugar mientras lo
visitábamos.
En
este “infierno” tan bien dibujado por los enemigos de Cuba, existe un programa
entre los estudiantes universitarios representados por la FEU, que establece que
los jóvenes pueden entrar a nuestras estaciones de policía y chequear su
funcionamiento, muchos han trabajado junto a la policía en el diseño de las
unidades, han diseñado los calabozos para hacerlos más humanos, participan con
la PNR en actividades de todo tipo, hacen propuestas que son escuchadas y
aplicadas para mejorar el trabajo. No pude evitar una emoción profunda cuando un
grupo de estudiantes del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echevarría
conocido como la CUJAE, discutía con el jefe de una unidad de las que fueran en
el pasado centro de los crímenes de Esteban Ventura Novo, uno de los principales
esbirros de la tiranía de Batista, sobre como ellos creían que debían ser los
calabozos de ese lugar, que nada tenían ya que ver con aquellos donde se torturó
y asesino a tantos jóvenes antes del 59.
Es
cierto que en un periodo de la historia de la Revolución, cuando el país era
agredido constantemente, cuando bandas de alzados en las montañas, organizadas y
financiadas por los Estados Unidos asesinaban maestros voluntarios y
alfabetizadores, cuando la bombas quemaban nuestras tiendas, cegaban vidas
inocentes y destruían escuelas, cuando la vida del país pendía de un hilo,
algunos compañeros que ocupaban responsabilidades en instituciones
gubernamentales cometieron actos discriminatorios contra personas que se oponían
a la revolución y expresaban su odio a ella, pero ni aún entonces fue
encarcelado alguien por disentir.
Los
que hoy desde Miami narran escenas dantescas sobre el Presidio en Cuba, fueron
los mismos que participaron en acciones de terrorismo, que fueron cómplices de
crímenes contra campesinos inocentes, que puestos al servicio de la CIA
atentaron contra la seguridad y la vida de sus compatriotas, ninguno ha podido
jamás presentar una prueba seria de tortura, de abuso o de maltrato, ponen en el
escenario de la Revolución lo que ellos si son capaces de hacer e hicieron,
algunos fueron “entusiastas” colaboradores de la operación Cóndor en
Suramérica.
Los peores entonces eran los “moderados”, lo que se oponían a cualquier
idea renovadora o revolucionaria dentro de la Revolución, los que como dice
Silvio en una de sus canciones eran perseguidores de cualquier nacimiento, los
sufrí en carne propia muchas veces, en los talleres literarios, en las reuniones
de las organizaciones de la sociedad civil, en todas partes estaban ellos, los
guardianes “puros” de lenguaje moderado, que eran más papistas que el Papa y más
comunistas que Marx.
Puede parecer contradictorio pero esos señores que actuaban como especie
de guardianes de la fe, nos pedían ser moderados en el hablar, nos pedían ser
moderados al escribir, nos aconsejaban moderación al expresar nuestras ideas.
Esgrimían ante cualquier señalamiento, ante cualquier crítica la santa palabra
conflictivo o en el peor de los casos diversionismo ideológico, el más execrable
de los epítetos.
Entonces ser moderado para ellos era fingir el lenguaje de la Revolución
para no buscarse problemas, para perseguir la crítica, para señalarse ante los
jefes y trepar (los moderados son eternos trepadores). Eran los intransigentes
de entonces, disfrazados de exaltados revolucionarios. Pero llegaron los
difíciles años 90, el socialismo este europeo no resistió el empujón que le
dieron los servicios especiales occidentales liderados por la CIA, su
alejamiento del pensamiento revolucionario les fue minando las bases y cayeron
como castillo de naipes, parecía que el efecto dominó haría caer a la Isla de la
Libertad y los moderados se asustaron terriblemente.
Era
hora de cambiar de bando y muchos de aquellos guardianes “fieles” que censuraban
todo atrevimiento ahora están en Miami de corifeos del Imperio, (hay cada nombre
allá que da asco).
Era hora de cambiar y aparecieron de nuevo los “moderados”, los que nos
piden que no seamos tan radicales. Ser moderados ahora significa estar en la
cerca, bailar entre un lado y otro en medio de la línea divisoria, con su olfato
desarrollado creen que no se deben buscar problemas, ese es su lema de siempre
lo fue antes, cuando ser moderado era estar a bien con los jefes, darse golpes
de pecho proclamando su lealtad a la Revolución, fingir ser los más radicales,
lo es ahora cuando ser moderados es sonreír discretamente al Imperio y hacerse,
con mucho cuidado de “buenos amigos” del lado de allá, mienten, enlodan, falsean
la realidad para ser simpáticos con los poderosos de la mafia de Miami, con
cuidado marcan la distancia con la Revolución y repiten el discurso de la falta
de libertad de expresión como papeleta de entrada al “paraíso” inefable de
puerta estrecha, donde hace rato están vendidas las localidades.
Los zanjoneros se consideraban “moderados”, de “moderados” se vestían los
autonomistas del siglo XIX en Cuba, los anexionistas también se consideraban
así, la absoluta (como llamaban a la independencia) les daba pesadillas,
difamaban de los combatientes independentistas y llamaban loco a José Martí. Los
plattistas llamaban tolerancia a la aceptación del yugo yanqui, ellos también
se auto titulaban “moderados”, en la lucha contra Batista, el asesino más grande
de la historia de Cuba después Valeriano Weyler, los “moderados” llamaban al
dialogo con la dictadura y a abandonar la lucha armada construyendo un batistato
sin Batista.
No nos engañan, ni lo crean por un segundo, no importa que se disfracen
de lo que sea, que finjan ser bienintencionados o apolíticos, sabemos que tras
sus balidos está el deseo oportunista del aplauso de Washington, está la
ambición, el egoísmo, llevado al extremo de ser capaces de sacrificar a todo un
pueblo con tal de satisfacer sus ansias de fama o poder, con tal de satisfacer
su ego sobredimensionado.
No les importa poner en peligro a Cuba, no les importa que tras sus
discursos oportunistas vengan las bombas y los marines, no son ingenuos, saben
bien el precio que nuestra tierra pagará, pero creen de verdad que serán
recompensados.
Desconectados de la realidad, la ignorancia de algunos y la vanidad de
otros les ciega, a lo mejor creen que el gran adelanto tecnológico permite a los
misiles diferenciar a “amigos” de enemigos, que cuando nos vengan a
“democratizar” a golpe de Tomahawk, el fuego no les alcanzará.
Creen que si se portan bien les van a reservar un lugar en el Parnaso. Si
sobreviven verán derrumbarse como castillos de arena sus sueños, olvidan que
para los señores del Imperio Cuba es uno más de esos rincones oscuros del orbe
que hay que reducir a la obediencia, habitado por una turba mulata permeada de
ideas hostiles.
Sobre Cuba caerían como buitres los gigantes conglomerados
transnacionales, los astutos y usureros WASP, ya no les serviría ni la
aristocracia burguesa cubano americana de Miami, para ellos tampoco, lo sé,
habrá un rinconcito de tierra ensangrentada que compartir.
Nota: En la primera versión que salió de este post, a los segundos
apareció un comentario, acusándome de utilizar un lenguaje de barricada ya en
desuso, hasta cuando, se quejaba el moderado, vamos a seguir usando ese lenguaje
de combate, de agresiones militares que según él nunca van a ocurrir.