Mella: Vencedor de la muerte
En el discurso pronunciado por el
Comandante en Jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz, durante la velada
solemne en el cincuentenario del Partido Comunista de Cuba,
afirmó: “Mella, desde el primer instante, descolló como un extraordinario
combatiente revolucionario. Inició en nuestra vieja Universidad la Reforma
Universitaria, vinculó los estudiantes a los obreros, organizó el Primer
Congreso de Estudiantes, fundó la Universidad José Martí, organizó la Liga
Antiimperialista y fundó además, junto a Baliño y otros revolucionarios el
Primer Partido Comunista de Cuba. ¡Es conmovedora la historia de esta vida tan
breve, tan dinámica, tan combativa y tan profunda!”1)
Julio Antonio Mella combatió al
Imperialismo Norteamericano y a su más fiel servidor en Cuba, Gerardo Machado.
Sufrió prisión y salió para México, por Honduras, donde fue obligado
a continuar apresuradamente para Guatemala y de este país, lo expulsaron para
México, donde continuó la lucha hasta su asesinato el 10 de enero de
1929.
En la nación azteca su vida
revolucionaria fue intensa, planeaba su regreso a la isla en una
expedición para liberarla no sólo del dictador Gerardo Machado también del
sometimiento a Estados Unidos.
El día 5 de enero de 1929 Julio Antonio Mella desde México,
denunció el intervencionismo militar de los Estados Unidos en Nicaragua y
publicó en la sección del periódico El Machete, un trabajo contra el peligro de
los derechistas, señaló:
Estas tendencias derechistas producidas por
el alejamiento de la masa sindical de algunos directores, por exceso de
pesimismo en el porvenir y en la fuerza de la clase obrera, son de lo más
peligroso. La resolución de expulsar a los derechistas si no se someten, es de
las más justas y necesarias. 2)
Después de trabajar en las tesis para el congreso preparatorio de
la nueva Central Sindical, participó en la dirección del Socorro Rojo
Internacional para fundar un Comité Pro Edificio Emiliano Zapata, que serviría
de albergue para los hijos de militantes asesinados o perseguidos.
Al conocer los cables que se divulgaban en La Habana con las
falsas informaciones de que había ultrajado la bandera cubana, redactó una
carta para la prensa mexicana y cubana, donde desmentía tales acusaciones y un
mensaje que enviaría a Cuba con iguales propósitos, para desenmascarar
las calumnias. La carta fue publicada en México en el mes de
febrero.
La campaña difamatoria era el preludio para preparar a la opinión
pública acerca del inminente asesinato. La noche del 10 de enero, acompañado
de la luchadora antifascista y comunista italiana Tina Modotti, se dirigió al
´correo para pasar el cable en el cual desmentía la
maniobra del gobierno.
Alrededor de las nueve y cuarenta y cinco de la noche, se produjo
el atentado, en la calle Abraham González, esquina Morelos. Fue herido
mortalmente en el abdomen según certificación médica y falleció en la mesa de
operaciones a las dos y cinco minutos de la
madrugada del día 11. Ese mismo día los periódicos en México divulgaron las
noticias sobre el crimen que impactó a los pueblos del mundo, especialmente en
América Latina. El joven cubano era un líder continental. Su cuerpo estaba
tendido en el Hospital de la Cruz Roja.
En los documentos de la policía del Distrito Federal de México, se
explica que después de los disparos caminó unos pasos y cayó al suelo y al pasar
dos transeúntes, pudo gritarles: “Machado me mandó a matar...” En ese instante
su compañera pudo tomarlo entre los brazos para escuchar sus últimas palabras:
“Muero por la Revolución... Tina, me muero”. La joven intentó reanimarlo,
diciéndole: “No te vas a morir, estás muy joven...”3)
La policía detalló que al ser agredido vestía traje negro, corbata
roja, suéter color café y camisa blanca con tirantes, que le cubría un grueso
abrigo gris y que solo encontraron en sus bolsillos una pequeña libreta recién
estrenada, con el nombre y teléfono de Magriñat, un lápiz y un ejemplar del
periódico El Machete. No llevaba un centavo. También se informó que el cuerpo
fue identificado por Leonardo Baskazeidel y Rosendo Gómez
Lorenzo.
Para la opinión pública mexicana estaba claro que los asesinos
fueron personas que seguían órdenes de Gerardo Machado y que sus cómplices en
México trataron de convertirlo en un crimen pasional.
Los amigos y compañeros de Mella se organizaron para denunciar el
hecho, salieron en manifestaciones contra la dictadura de Gerardo Machado, el
embajador cubano en México
Guillermo Fernández Mascaró y la policía mexicana que se estaba
prestando a la farsa.
Los manifestantes llegaron hasta el interior de la embajada de Cuba
y los estudiantes indignados penetraron al interior del edificio y pronunciaron
vibrantes y enérgicos discursos condenando al gobierno de Machado.
El doctor
Carlos Zapata Vela relató que las noticias de los periódicos y la presencia de
muchos amigos y compañeros de Mella hizo que se reunieran grupos de estudiantes
dentro de la Universidad, en las calles, en las escuelas cercanas y comenzó una
movilización donde los estudiantes decidieron marchar por las calles para
protestar. Se formó una columna numerosa que llegó a la embajada, empujó las
rejas, subieron por la escalera y pronunciaron un discurso señalando al régimen
de Machado como responsable del crimen.
En la ciudad de Veracruz se realizó una extraordinaria reunión de
estudiantes, a la que se unieron los miembros de la delegación de la Liga
Antimperialista y del Comité Manos Fuera de Nicaragua, así como cientos de
trabajadores y campesinos montados a caballo que portaban grandes cartelones
donde se leían consignas de condena y repudio.
La
manifestación llegó hasta el consulado de Cuba en esa ciudad, donde hablaron
varios oradores y señalaron al gobierno cubano como responsable del crimen. Los
trabajadores portuarios de Veracruz tomaron el acuerdo de bloquear el puerto y
no permitir la entrada o salida de barcos para La Habana y convocar a una huelga
general en todo el país.
En la ciudad de Monterrey una importante manifestación se concentró
frente al Gran Teatro Obrero y, como hecho impresionante, se destacó que la
gendarmería a caballo, enviada para reprimir el acto, se unió a la protesta
acusando al gobierno de Machado como responsable del homicidio.
Se publicaron varias declaraciones:una del Partido Comunista de
México afirmaba que los asesinos alquilados, eran instrumentos del Gobierno
cubano, títere de Wall Street.
Las protestas populares y las declaraciones de importantes
intelectuales obligaron al Gobierno mexicano a realizar una investigación
profesional y exhaustiva.
El 2 de octubre de 1931, la señora María Guadalupe Gil Oceguera
esposa de José Agustín López Valiñas, lo denunció ante las autoridades como la
persona que mató a Mella. Las declaraciones de Gil Oceguera implicaron a
Santiago Trujillo Jefe de la Policía Secreta de Machado, al embajador cubano
Guillermo Fernández Mascaró, a José Magriñat, a un sujeto que respondía al
seudónimo del Hombre de Cunagua y otros cómplices, lo que dio origen a una
nueva, extensa y profunda
investigación políciaca.
Las autoridades mexicanas llevaron a cabo un proceso judicial,
el cual determinó que el joven cubano Julio Antonio Mella fue víctima de un
asesinato político planeado por sus enemigos radicados en Cuba.
En el juicio se probó que en el
homicidio participaron directamente José Agustín López Valiñas, apodado Pepe
Callejitas, Miguel
Francisco Sanabria Nodarse, conocido como el Hombre de Cunagua y José Magriñat
Escurra.
Después del
derrocamiento de la dictadura de Gerardo Machado y la huida de éste el 12 de
agosto de 1933, José Magriñat fue ajusticiado en La Habana, Guillermo Fernández
Mascaró huyó a Puerto Rico y Santiago Trujillo a República Dominicana, los
otros se ocultaron.
Miguel Francisco
Sanabria murió el 11 de octubre de 1942 a consecuencias de una puñalada
propinada por un señor que fue estafado por éste. El 15 de abril de 1932 la
Sala del Tribunal de México acusó a José López Valiñas del delito de homicidio a
Julio Antonio Mella, calificado con las agravantes de alevosía, premeditación y
ventaja y pidió la pena de veinte años de cárcel. Cumplió prisión y poco tiempo
después se benefició de una amnistía.
El 15 de noviembre
de 1958 López Valiñas, quien trabajaba como chofer del senador mexicano Efraín
Brito Rosado fue abatido a tiros por desconocidos al tránsitar por la calle
Cerrada de Altata, en la Colonia Condesa.
Cada 10 de enero, los
revolucionarios de Cuba, México, y de otros países les rinden homenaje al
joven antiimperialista que venció la muerte, las
calumnias y difamaciones.
.
Notas
1- Fragmento del discurso
pronunciado en la velada solemne por el cincuentenario del Partido Comunista de
Cuba, 22 de agosto de 1975, publicado en Granma el día 25 del mismo
mes.
2) Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la Revolución
Socialista de Cuba. Mella Documentos y Artículos. Editorial de Ciencias
Sociales p.506
3) Fuente de referencia: Julio
Antonio Mella, Biografía, Adys Cupull, Froilán González. Editora Abril, 2010.
.
Por Adys
Cupull y Froilán González